Reflexionando en voz alta

Hace un par de semanas se me estropeó el MP3.

La pieza a la que se conecta el auricular se hundió y, aunque el cacharro seguía funcionando, no había forma de escuchar nada. Abrí el cacharro y vi la pieza suelta, las cuatro soldaduras que la aguantaban se habían roto. Hice una reparación de emergencia colocando la pieza en su sitio, pero a los dos días la pieza se volvió a soltar y renuncié a volver a intentarlo ya que el problema solo se solucionaría soldando de nuevo la pieza.

Al ser componentes pequeños y no disponer de algo para poder soldarlos fui a una tienda de mi barrio a preguntar, pero me dijeron que “la reparación” costaría más que un MP3 nuevo.

No fue una sorpresa. ¿Quién repara las cosas hoy en día? Solo tenéis que preguntar a cualquier zapatero, modista, o tienda de reparación de electrodomésticos como va el negocio. La gente no arregla las cosas. Comprar, usar y tirar.

Estamos acostumbrados a reemplazar las cosas, incluso cuando ni siquiera están estropeadas. Nuevos móviles, nuevos ordenadores, nuevos zapatos, nueva ropa… y despreciamos aquellas cosas que nos han hecho un buen servicio durante años.

¿Y que pasa con los comics? Pues tres cuartos de lo mismo: Los Best of Marvel, los tomos de Norma de material ABC y Wildstorm, la nueva colección de Saga de Conan, el material de Planeta de Zinco… nuevas ediciones de series ya publicadas y que muchos de nosotros ya tenemos… ¡Y volvemos a comprar!

Por tener el tomo bonito, por tener toda una serie de forma homogénea, porque me faltan dos números, porque en su momento no me la compre, porque me gusta más la nueva traducción, porque… ¿Por qué?

Espíritu consumista. Ya no “reparamos” las colecciones buscando números antiguos. Esperamos a que vuelva a salir en un tomo que es posible que no releamos porque queda mejor en la estantería que la grapa que compramos con 16 años…

Y luego nos quejamos.

PD. Hace una semana que tengo un MP3 nuevo.